Hablemos de emociones: el miedo en las organizaciones…

Publicado el 20 de diciembre de 2018Por

Estamos convencidos que las organizaciones tienen características humanas… tienen alma, tienen emociones , tienen unas creencias, un diálogo interior construido.. y si queremos tienen sus neuras e incluso enfermedades. Y una de las emociones más paralizantes y negativas cuando están sostenidas en el tiempo es el miedo

overcomingfearSe utiliza para disimularlo la máscara de la prudencia, de la costumbre, de ser responsable, de pensar en la estabilidad, de no tener tiempo para el cambio (no tener tiempo es un comodín para todo en tu vida personal y profesional, también en las organizaciones)…

Y se acaban prestando servicios a usuarios/as que ya no tienen esa problemática o que ya no es tan relevante en sus vidas, y se acaban aportando soluciones que hace tiempo que ya no solucionan nada…

Y cuando se propone la necesidad de un cambio, de reinventarse, de crecer en la organización… nos anclamos y somos resistentes… algunas organizaciones solo cambian cuando ya tienen poco que perder…

 

Analice si no hay decisiones que no tomamos, decisiones que no abordamos, propuestas que no realizamos, reinvicidaciones que no ponemos en marcha por, y quitemos las máscaras justificativas, por puro miedo. Por que no sabemos que efectos pueden tener y preferimos quedarnos quietos.

Identifiquemos esos miedos… ¿Miedo a qué?

Miedo a desaparecer, a perder el espacio, a perder la confianza de los usuarios y ser sustituidos por otras organizaciones. Conforme la organización cumple años comienza a tener raíces, una estabilidad de sus equipos y directivos, una creencia de un derechos adquirido, de un espacio propio al que no se quiere ni puede renunciar.

Pero lo cierto es que si el foco de atención está en lo que podemos perder, el miedo tiene alguna creencia real o imaginaria por nuestra parte de que hay cosas que no hacemos bien, o hay otros que lo hacen mejor. Que quizá no nos lo merecemos y deberáimos reflexiones sobre qué cosas concretas son las que nos desencajan, que cambios tenemos que provocar para revertir esta idea que nos lleva a la emoción del miedo.

Miedo a perder la independencia y la cohesión, controlados por terceros, a perder la participación o la confianza a las personas que la integran, evitamos tomar decisiones para básicamente «quedar bien». Muchos financiadores ejercen un control cada vez mayor sobre lo que se hace, miembros de la Junta Directiva o Gerentes acaban ejerciendo un poder determinante que no se contesta con la organización . Si eres bueno en lo que haces, no te creas que tu organización es el proyecto que estás realiando, aunque ahora mismo sea gran parte de tu financiación, habrá otras opoertunidades, podrás plantearlo de otra manera… y si tu organización es fuerte, nadie, nadie, nadie es insustituible… debajo de un imprescindible se esconden muchas limitaciones para otros miembros del equipo.

Miedo al fracaso y a arriesgar lo que tenemos, a tener uns resultados que no ofrezcan nada, a cometer un error con repercursión pública, a una mala imagen personal o grupal. Por lo general, es muy infrecuente que se generen estos errores tan críticos, muchas veces están en nuestra imaginación tomada por el miedo… Eso sí, no se puede innovar sin aceptar que el error es una posibilidad… sin fracaso no hay aprendizaje… equivocarse nunca es fatal puede ser una oportunidad

Me gusta en los procesos de trabajo de plan estratégico hacer una reflexión con el grupo promotor: ¿qué harías en la organización  si no tuvieras miedo?

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